Los primeros días de este 2021 me he sorprendido #soñando. A pesar de que son tiempos de APPs y redes sociales, ha sido la «tele» de siempre quien me ha inspirado esa hermosa sensación que la pandemia me había casi robado.
Todo comenzó en el previo de las campanadas
mientras CanalSur mostraba las ciudades y pueblos andaluces engalanados de luces verdes que han impreso esperanza en el ánimo de quienes despedíamos el año.
He reconocido ese cosquilleo en el estomago que suele anunciar las pequeñas, grandes #aventuras que se viven visitando los #parajes de esta hermosa tierra, la sencillas e inexplicable alegría que se siente al preparar la maleta, el bolso o el neceser para pasar unos día relajados frente al mar, haciendo #senderismo, visitas culturales o sólo un “finde” gastronómico en nuestra propia provincia.
Uno de los aprendizajes que hemos realizado durante los meses pasados entre restricciones es lo extraordinario que puede ser lo sencillo, lo cercano, lo habitual. Con ese espíritu comienzo ya a preparar el redescubrimiento agradecido de Andalucía y sus provincias.
Pensando en dónde comenzar, creo lo más apropiado rendir homenaje a la tierra de la libertad, volver a #Cádiz, su bahía y su provincia que tanto solaz ofrece. Esta vez, iré con cara de agradecimiento a los gaditanos que prácticos de otros asedios históricos, han sabido resistir también al impuesto por la reciente pandemia sin perder su arte y salero.
Esta vez aceptaré la invitación de quien me dice #Ventepacai e iré consciente y deseoso de ser responsable y solidario con su gente. Por eso escojo alojamiento local ofrecido por familias que comparten sus casas haciéndolas Viviendas con Fines Turísticos mientras no las usan. Contribuyo a mantener el trabajo de todos quienes –como en @Cadiz4Rentals– ofrecen lo mejor de sí para hacerme sentir a gusto y velar por mi salud y seguridad.